gente de esperanza, son aquellos que creen que Dios los creó con un propósito y que Él proveerá todas sus necesidades, mientras buscan cumplir Su voluntad en sus vidas» (Juan Pablo II). Esta frase que pronunció el Papa en su discurs de Los Ángeles, refleja la vida de Tony Meléndez, un hombre que infunde esperanza con su música.Esta es la historia de este gran hombre nicaragüense, que en el seno de su madre fue víctima de una medicina: la «talidomina» que le dejó sin brazos, pero cuya vida, como toda vida humana tenía un sentido: llevar esperanza al mundo.